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Hipertrofia benigna de próstata: tratamiento y prevención

¿Cómo se reconoce la hiperplasia benigna de próstata? ¿Cuándo hay que consultar al médico? ¿Qué tratamiento hay que seguir? ¿Cómo se protege la próstata? Los expertos de Supersmart te explican todo lo que hay saber sobre la hipertrofia prostática.

¿Qué es una hipertrofia benigna de próstata?

Por definición, la hipertrofia benigna de próstata es un aumento excesivo del tamaño de este órgano. Conviene recordar que la próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductor masculino. Se encuentra debajo de la vejiga y rodea la parte superior de la uretra, es decir, el conducto que, partiendo de la vejiga y la abertura en el pene, permite que el flujo de la orina y del semen. En general, la próstata tiene un tamaño comparable al de una nuez y un peso medio de entre 15 y 20 gramos. Con la edad, la próstata tiende a aumentar de volumen y puede causar molestias considerables. Los profesionales de la salud llaman a este fenómeno de varias formas: hipertrofia prostática, hiperplasia benigna de próstata, adenoma de la próstata, hipertrofia prostática adenomatosa...

¿Cómo se explica este fenómeno? ¿Cuáles son sus causas?

Las causas de la hiperplasia benigna de próstata aún no están claramente definidas hasta la fecha. Sin embargo, hay una serie de hipótesis planteadas por los investigadores. Destacan varios estudios que han demostrado que podría deberse a un desequilibrio hormonal. Aunque una serie de estudios complementarios deberían permitir confirmar o rechazar esta hipótesis, los científicos coinciden en el hecho de que la edad es el principal factor de riesgo para la hipertrofia de la próstata. Según las estimaciones, su prevalencia supera el 20% entre los hombres de entre 40 u 49 años y el 80% entre los que de 70-79 años. Dicho de otro modo, la hipertrofia prostática afecta a muchos hombres...

¿Cuáles son los síntomas de la hipertrofia benigna de próstata?

Cuando la próstata aumenta de volumen, ejerce una presión sobre la vejiga y la uretra. Esto puede alterar la esfera urinaria y causar un malestar significativo. Resulta difícil vaciar la vejiga, lo cual conlleva repercusiones antes, durante y después de la micción. Entre los síntomas de la hipertrofia benigna de próstata, los más frecuentes son:

  • polaquiuria diurna y nocturna, es decir, un aumento en la frecuencia de las micciones, tanto de día como de noche;
  • urgenturia, que corresponde a la necesidad imperiosa de orinar con gran urgencia;
  • nicturia, es decir, una necesidad de orinar durante la noche;
  • micción tardía ;
  • disuria, que es una dificultad para evacuar la orina;
  • débil chorro urinario;
  • interrupción de la micción o chorro cortado;
  • micción por empuje abdominal;
  • aparición posterior de gotas;
  • sensación de vejiga llena después de la micción.

Según el caso, la hipertrofia benigna de la próstata también asociarse con otros signos. Puede aparecer dolor en la pelvis, la zona lumbar y la parte superior de los muslos. También puede presentarse una disfunción sexual, principalmente con problemas de eyaculación.

¿Cómo evoluciona? ¿Qué riesgos conlleva? ¿Qué complicaciones pueden surgir?

La hipertrofia prostática es muy limitante en el día a día; sin embargo, es benigna en la mayoría de casos. Esto significa que no reviste mayor peligro para la salud, a condición, por supuesto, de que se trate adecuadamente. De hecho, los problemas de micción debidos al adenoma de próstata pueden causar varias complicaciones:

  • complicaciones agudas tales como infecciones urinarias o urogenitales, presencia de sangre en la orina (hematuria), retención aguda de orina causada por una obturación de la uretra o insuficiencia renal aguda obstructiva;
  • complicaciones crónicas como litiasis de la vejiga (cálculo de la vejiga), retención crónica de la vejiga o insuficiencia renal crónica obstructiva.

Más allá de los riesgos, la hipertrofia benigna de próstata puede tener un impacto psicológico importante. El malestar diario causado por los problemas de micción y las repercusiones negativas sobre la vida sexual pueden afectar al estado de ánimo y al comportamiento. Para minimizar las complicaciones y repercusiones, es esencial un diagnóstico precoz de la hipertrofia prostática.

¿Y el riesgo de cáncer de próstata?

El vínculo entre hipertrofia y el cáncer de próstata ha sido objeto de numerosas publicaciones. Contrariamente a la creencia popular, la hipertrofia prostática no representa un factor de riesgo para padecer cáncer de próstata. Sin embargo, los síntomas de las dos enfermedades pueden ser similares. De hecho, la hipertrofia puede confundirse el cáncer y viceversa. Además, ambos pueden coexistir, lo cual refuerza lo indicado en el párrafo anterior y la importancia de un diagnóstico precoz.

¿Cuándo hay que consultar al médico? ¿Cómo se diagnostica una hipertrofia?

Dificultades para orinar, ganas urgentes de orinar, sensación de vejiga llena... Todos estos signos pueden servir de alerta y requerir el asesoramiento de un profesional de la salud. Si tienes la menor duda, la consulta permite establecer un diagnóstico clínico a través de una serie de preguntas sobre los problemas urinarios. El objetivo de este primer diagnóstico es descartar o confirmar la presencia de una hipertrofia de próstata. Este diagnóstico también se interesa por el riesgo de cáncer de próstata.

Si el médico sospecha de una hipertrofia o de un tumor, se realiza un tacto rectal para confirmar el diagnóstico. Esta revisión permite para examinar la próstata a través de la pared del intestino. Si existe hipertrofia benigna de la próstata, esta es voluminosa, flexible, indolora, lisa y regular. Un endurecimiento o una irregularidad pueden sugerir el desarrollo de un tumor. En este segundo caso, se realizan biopsias de próstata. Estas son muestras de tejidos que permiten confirmar o descartar la presencia de un tumor. Si el tacto rectal respalda el diagnóstico de hipertrofia de próstata, generalmente se hace un reconocimiento. Consiste, por un lado, en medir las concentraciones de dos marcadores específicos: el antígeno prostático específico (PSA) y la creatinina. Por otro lado, el reconocimiento se basa en un análisis citobacteriológico de la orina (ECBU), el flujo urinario y la ecografía renal-vesical-prostática. Las dosis y los exámenes realizados en el reconocimiento permiten confirmar la presencia de hipertrofia benigna de próstata, evaluar el nivel de trastornos urinarios y, así, tomar decisiones médicas adecuadas.

¿Cómo se trata la hipertrofia benigna de próstata?

Hay varios tratamientos para la hipertrofia benigna de próstata. La elección depende de los resultados mencionados anteriormente, la opinión del cuerpo médico y la opinión de los pacientes. De hecho, se puede ajustar el tratamiento si el paciente soporta relativamente bien los síntomas de la hipertrofia prostática. Se distinguen tres principales niveles de tratamiento:

  • la fitoterapia como tratamiento de primera línea, es decir, el uso de plantas para aliviar de forma natural los síntomas de la hipertrofia benigna de próstata;
  • los tratamientos farmacológicos si los síntomas son demasiado difíciles de soportar;
  • la cirugía si surgen complicaciones.

Fitoterapia: ¿qué plantas son adecuadas para tratar la hipertrofia benigna de próstata?

La fitoterapia se utiliza desde hace muchos años para aliviar los síntomas de la hipertrofia prostática. Hoy en día, sigue recomendándose como tratamiento de primera línea y numerosos estudios científicos han confirmado su eficacia. Se han logrado resultados positivos con varios extractos de plantas, entre los cuales los más conocidos y más utilizados incluyen:

  • las bayas de la palma enana (Saw palmetto), cuya eficacia en la reducción de los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata está reconocida por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ;
  • la corteza del árbol de ciruelo africano (Pygeum africanum), cuyos beneficios también están reconocidos por la EMA;
  • la raíz de ortiga (Urtica dioica), cuyo uso está recomendado por la Comisión E alemana y por la ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy).

Estos extractos de plantas tienen algo en común: todos contienen fitosteroles, especialmente beta-sitosteroles. Estos compuestos son los responsables de los beneficios para la próstata. Gracias al avance de los métodos de extracción, hoy en día se pueden aproevhar en concentrados de beta-sitosteroles en forma de complementos alimenticios.

Tratamientos farmacológicos: ¿qué soluciones existen?

Si así lo requiere la situación, un profesional de la salud puede decidir iniciar un tratamiento a base de fármacos. Puede prescribir:

  • alfa-bloqueadores, sustancias que actúan en un plazo de 48 horas para facilitar la micción mediante la disminución del tono muscular de la vejiga, uretra y próstata, pero que presentan contraindicaciones (personas mayores, personas que toman antihipertensivos...) y efectos secundarios (hipotensión ortostática, trastornos de eyaculación, dolor de cabeza, mareos, náuseas...);
  • inhibidores de la 5-alfa-reductasa, sustancias que se plantea utilizar cuando los bloqueadores alfa no generan resultados satisfactorios, pero que tienen una acción lenta, beneficios solamente al cabo de 6 meses de tratamiento, efectos secundarios (disminución de la libido, trastornos de erección...) y podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama en el hombre;
  • inhibidores de las fosfodiesterasas de tipo 5 (IPDE5) , medicamentos vasodilatadores que, en un principio, se prescribían únicamente para el tratamiento de los trastornos de erección, pero que ahora se están planteando para el tratamiento de la hipertrofia benigna de próstata.

Cirugía: ¿cuáles son las operaciones de próstata?

El tratamiento de la hipertrofia benigna de próstata mediante cirugía solamente se realiza en algunos casos: cuando los tratamientos farmacológicos no bastan, cuando los síntomas son demasiado difíciles de soportar, cuando existe un riesgo de complicaciones o cuando se presentan complicaciones.

Actualmente, existen tres tipos principales de intervención:

  • incisión cervical-prostática (ICP), una técnica quirúrgica que se propone cuando el peso de la próstata no supera los 30 gramos, realizada por endoscopia y que consiste en efectuar una pequeña incisión el adenoma prostático del cuello vesical (punto de encuentro entre la vejiga y la uretra);
  • resección transuretral de la próstata (RTUP) , un procedimiento quirúrgico que se realiza generalmente cuando el peso de la próstata se encuentra entre 30 y 80 gramos, consistente en retirar una parte de la próstata para que la orina pueda pasar más fácilmente;
  • la adenomectomía por vía alta (AVH), una operación que se realiza cuando la próstata supera un peso de 80 g y que consiste en una ablación parcial de la próstata (se retira el adenoma prostático, la parte central de la próstata).

Aunque supongan los únicos tratamientos definitivos de la hipertrofia prostática, estas tres intervenciones no carecen de riesgos. Pueden presentarse varias complicaciones: presencia de sangre en la orina (hematuria), retención aguda de orina, infección urinaria, eyaculación retrógrada, estenosis (estrechamiento) del cuello de la vejiga o de la uretra... En algunos casos, especialmente si el paciente presenta un riesgo operatorio, pueden ser preferibles otros procedimientos quirúrgicos. Por ejemplo, puede plantearse la colocación de stents, una operación por láser o el uso de la radiofrecuencia.

Hipertrofia prostática: ¿qué seguimiento médico se lleva a cabo?

Una vez confirmado el diagnóstico de hipertrofia prostática, se poner en marcha un control médico específico. Se basa en varios estudios que se realizan cada año: el flujo urinario, la puntuación IPSS (International Prostate Symptom Score) y la medición del residuo posmiccional. Los resultados permiten hacer un seguimiento del aumento de tamaño de la próstata, evaluar la evolución de los síntomas y anticipar el desarrollo de posibles complicaciones.

Prevención de las complicaciones: ¿cómo se protege la próstata?

Se han llevado a cabo numerosos estudios sobre la prevención de la hipertrofia benigna de próstata. Los investigadores demostraron que varios extractos de plantas, incluidos algunos extractos mencionados anteriormente, así como algunos tipos de polen de flores, podrían ayudar a prevenir los trastornos de próstata. Para aprovechar estos importantes descubrimientos, se han elaborado fórmulas de que combinan varios ingredientes activos naturales. Por ejemplo, el complemento alimenticio ProstaNatural Formula combina extractos de palma enana (Serenoa repens), de raíz de ortiga (Urtica dioica), ciruelo africano (Pygeum africanum) y polen de flores.

Para evitar complicaciones, también se puede recomendar una serie de medidas higiénico-dietéticas. Los profesionales de la salud suelen recomendar a los hombres mayores de 40 años que:

  • reduzcan la ingesta de agua a partir de las seis de la tarde para evitar los despertares nocturnos provocados por las ganas de orinar;
  • limiten el consumo de determinados alimentos y bebidas tales como las bebidas ricas en cafeína, el alcohol y los platos salados o picantes;
  • eviten retener la orina y vayan al baño en cuanto tengan ganas;
  • hagan ejercicio con regularidad.

Referencias

  1. Association française d’urologie (AFU), Chapitre 10 - Hypertrophie bénigne de la prostate, www.urofrance.org, (Consulté le 12/06/2018).
  2. European association of urology (EAU), Treatment of Non-neurogenic Male LUTS, uroweb.org, (Consulté le 12/06/2018).
  3. Vidal, Hypertrophie bénigne de la prostate, www.vidal.fr, (Consulté le 12/06/2018).
  4. European Medicines Agency (EMA), European Union herbal monograph on Prunus africana (Hook f.) Kalkm., cortex, 24 November 2015.
  5. European Medicines Agency (EMA), European Union herbal monograph on Serenoa repens (W. Bartram) Small, fructus, 24 November 2014.
  6. European Scientific Cooperative on Phytotherapy (ESCOP), Monographs on the Medicinal Uses of Plants Drugs, Urticae folium/herba + Urticae radix, 1997.
  7. P. Costa, et al., Hyperplasie Bénigne de la Prostate (HBP) : prévalence en médecinegénérale et attitude pratique des médecins généralistes français. Résultats d'une étude réalisée auprès de 17.953 patients, Prog Urol, 2004, 14, 33-39.
  8. T. J. Wilt, et al., Beta-sitosterols for benign prostatic hyperplasia, Cochrane Database of Systematic Reviews, 1999, Issue 4. Art. No.: CD001043.
  9. T. J. Wilt, A.Ishani, Pygeum africanum for benign prostatic hyperplasia, Cochrane Database of Systematic Reviews, 2002, Issue 1. Art. No.: CD001044.

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