La rodiola (su nombre científico es Rhodiola rosea) es una planta que crece en regiones de clima frío (Siberia, Escandinavia) y en las que se utiliza su rizoma (raíces) con fines terapéuticos desde hace cientos de años.
La rodiola disminuye los niveles de cortisol (una hormona secretada en caso de estrés) y también aumenta la capacidad de resistencia del organismo frente al estrés, al mismo tiempo que permite regular el equilibrio del sistema nervioso. El uso de esta planta se indica en casos de ansiedad o de depresión ligera.
¿La forma más simple? En cápsulas o ampolletas, las presentaciones más comunes en fitoterapia, que además tienen la ventaja de contener una dosis precisa y facilitar los tratamientos y la toma. En caso de que usted así lo prefiera, también puede consumir la rodiola en forma de infusión. ¿Qué dosis emplear? Se recomiendan generalmente de 100 a 300 mg, dos veces al día, de preferencia antes de los alimentos (desayuno y comida) durante 8 días. Habrá que hacer una pausa (de 1 semana) antes de continuar con la cura, en caso de ser necesario.
Esto con la condición, por supuesto, de cumplir con la posología indicada. En caso de sobredosis o utilización errónea, la rodiola, como todas las plantas que contienen principios activos, puede ocasionar efectos nocivos (en este caso, agitación). Por otro lado, su uso suele estar contraindicado en la mujer embarazada o lactante y en los niños. La planta no debe emplearse al mismo tiempo que algunos medicamentos y tampoco deben consumirse sustancias excitantes.
Esta es una de sus virtudes comprobadas científicamente y de las más conocidas. También es muy popular entre los deportistas, por su efecto estimulante, y permitir una mejor recuperación al tiempo de ayudar al organismo a adaptarse al esfuerzo físico.
O en otras palabras, es un compuesto antienvejecimiento a nivel celular y combate el estrés oxidativo. La rodiola contiene flavonoides y otras potentes sustancias (en particular la rosavina) que le proporcionan propiedades terapéuticas y antioxidantes muy interesantes.
Numerosos estudios avalan las propiedades terapéuticas de la rodiola, sobre todo en los países donde se emplea de forma tradicional en fitoterapia (Escandinavia y Rusia en particular). No obstante, las propiedades de esta planta pasaron desapercibidas durante mucho tiempo en Occidente. Desde finales de la década de los 1960 distintos equipos de investigación de todo el mundo se han interesado por las propiedades de la rodiola y han podido corroborar los resultados obtenidos con anterioridad.
Ya que actúa de forma global sobre los componentes del estrés, que es capaz de perturbar el equilibrio hormonal y alterar la capacidad para dormirse y favorecer el insomnio. La rodiola puede mejorar el bienestar y reducir los problemas relacionados con el sueño. No obstante hay que tener cuidado, ya que al poseer propiedades estimulantes, no debe tomarse antes de irse a la cama.
Es decir, la planta aumenta la resistencia del organismo frente a cualquier tipo de agresiones (y al estrés en todas sus facetas), ya sean de origen químico, biológico o físico. Esta planta regula y mejora las funciones corporales, sin causar alteraciones.
Sobre todo en casos de estrés y cansancio. A esa conclusión han llegado distintos estudios realizados en estudiantes o médicos que dicen sentirse agotados. En estos individuos, tomar rodiola mejoró de forma significativa la capacidad de concentración y el rendimiento intelectual al tiempo que se neutralizó la fatiga y el estrés. Una cura a base de rodiola resulta interesante durante los periodos de exámenes o de sobrecarga de trabajo.
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