Como todo el organismo, el recto tiene una gran cantidad de venas, que se denominan desde hace un tiempo venas rectales pero que antiguamente se denominaban venas hemorroidales. Estas venas son indispensables: contribuyen a la continencia, es decir, a la capacidad que tiene nuestro ano de retener las heces (1).
Lo que hoy se denomina “hemorroides” es en realidad un trastorno de venas hemorroidales. En efecto, las hemorroides son una inflamación y una dilatación excesiva de estas venas, alrededor del ano. Son una especie de varices anales.
A partir de entonces, hinchadas e inflamadas, las hemorroides pueden picar, quemar, a veces incluso sangrar y, sobre todo, llegar a doler. Los trastornos hemorroidales son, por tanto, particularmente incómodos. Y esto incluso di desaparecen generalmente en unos días.
Las personas más propensas a las hemorroides son las mujeres embarazadas (debido a la excesiva presión ejercida por el útero, que impide el retorno venoso) (2), las mujeres que acaban dedar a luz por vía vaginal así como las personas que padecen estreñimiento (3).
En efecto, el estreñimiento es la primera causa de hemorroides (4): la dificultad para evacuar las heces lleva a los individuos afectados por este problema a “empujar” de manera excesiva, lo que provoca una presión excesiva en las venas hemorroidales, que por tanto se hinchan. Las oclusiones que pueden originarse por el estreñimiento agravan entonces el problema, perjudicando al retorno venoso. Es un círculo vicioso.
Por esta razón, el primer tratamiento de las hemorroides es combatir el estreñimiento, especialmente adoptando una alimentación adaptada (ver nuestro artículo sobre las fibras alimentarias).
Este es sin duda el remedio natural más conocido contra las hemorroides (5), el utilizado por nuestras abuelas y sus abuelas: el baño de asiento. Hay varias escuelas enfrentadas sobre este punto:
Sea cual sea la escuela elegida, el baño de asiento debe practicarse al menos una vez al día de 10 a 15 minutos. También se puede añadir bicarbonato de soda en el agua para contribuir a la desinfección de las venas inflamadas.
Descongestionante y antiinflamatorio (6), elaceite esencial de pachulí puede utilizarse para efectuar unos masajes suavesdel ano afectado por hemorroides, durante uno o dos minutos. Y esto, a razón de unas gotas (de 4 a 6 bastan), una o dos veces al día.
No obstante, ¡Atención!: el aceite esencial de pachulí tiene una acción similar a los estrógenos que le hace no apto para el consumo por las mujeres embarazadas, los niños y las personas que padecen patologías cancerígenas hormonodependientes.
La semilla del castaño de Indias es conocida por ser uno de los venotonicos naturales más potentes (7). En otras palabras, favorece el retorno venoso: permite hacer regresar la sangre de las partes inferiores hacia las partes superiores del cuerpo, y por tanto ayuda a “desatascar” las hemorroides. Tiene especialmente la virtud de su fuerte contenido de escina, una mezcla de saponinas.
Esta vez, actúe desde el interior optando por la vía oral, con un complemento alimenticio rico en extracto de semillas de castaño de India . Hay en particular fórmulas sinérgicas (como Hemo Comfort, que contiene castaño de Indias, pero también diosmina, una flavona extraída del fruto del Citrus aurantium, hesperidina, un citroflavonoide excepcional y troxerutina, extraída de las flores de Sophora japonica).
Bello arbusto apreciado por su floración invernal, el hamamelis es también una planta ampliamente utilizada en fitoterapia para tratar de forma natural numerosos problemas relacionados con la circulación sanguínea. En efecto, su corteza y sus hojas contienen taninos y flavonoides que posiblemente protegen los vasos sanguíneos (8).
Por tanto, se puede:
Al contener menos ácido acético, pero más minerales, ácidos esenciales y enzimas que los otros vinagres, el vinagre de sidra posiblemente tiene un efecto protector de las inflamaciones. Como tal, puede utilizarse para aplicarlo sobre las hemorroides, dos o tres veces al día. También se puede añadir este en el agua de un baño de asiento (9).
Hay que observar: evidentemente, si la aplicación de vinagre de sidra sobre sus hemorroides le duele (la acidez puede darle una sensación de quemadura), déjelo y utilice otro método natural.
Laarcilla verde es conocida por purificar, aseptizar y ayudar a la cicatrización de los tejidos. Remineralizante, ésta también posiblemente tiene un poder antibacteriano. Características que hacen de ella un candidato preferente para otro remedio de abuela natural y tradicional contra las hemorroides: las cataplasmas de arcilla verde (10).
Simplemente basta con mezclar la arcilla verde en polvo con agua hasta obtener una pasta (de la consistencia de un dentífrico) y luego aplicarla sobre las hemorroides, cubriéndola con una compresa, durante una buena media hora. Repita la operación de dos a tres veces al día hasta que las hemorroides se calmen.
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