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Depresión estacional: ¡todo lo que necesita usted saber!

A continuación tocaremos 10 puntos esenciales cuando se habla de depresión estacional: tratamientos, soluciones naturales, consejos, etc.

La depresión estacional no es un problema que deba tomarse a la ligera

La depresión estacional (también conocida como trastorno afectivo estacional o TAE) es un padecimiento que sufren las personas sensibles a los cambios de estación. El trastorno se inicia al comenzar el otoño y puede durar incluso hasta la siguiente primavera. Y sin embargo, aunque este problema parezca anodino o sin importancia para otras personas (a veces se refiere al trastorno como «tristeza invernal»), constituye una verdadera patología que puede tener fuertes repercusiones en la vida de los afectados, llegando algunas veces a transformarse en una depresión nerviosa. Los síntomas de la depresión no deben ser ignorados, sobre todo cuando los tratamientos y/o métodos dan buenos resultados para curarla.

La depresión estacional puede ser más o menos grave

Puede manifestarse desde un estado de tristeza invernal hasta un cuadro completo de depresión estacional, por lo que la intensidad del trastorno varía enormemente de una persona a otra, e incluso de un año a otro en un mismo individuo. Determinados factores externos pueden agravar o no el estado de la persona (enfermedad, problemas familiares o profesionales…). Es obvio que si los síntomas son más agudos, el problema debe ser atendido con mayor urgencia.

La fototerapia es una buena forma de tratar la depresión estacional

La disminución de la cantidad de luz ambiental así como un menor número de horas de luz diurna son dos de las principales causas de depresión estacional. Es por ello que las sesiones de fototerapia (también conocida como luminoterapia) proporcionan buenos resultados ya que permiten al organismo reequilibrar su reloj biológico. ¿En qué consiste este tipo de terapia? Simplemente exponerse a una luz blanca artificial de una intensidad equivalente a 10.000 lux y que no contiene rayos ultravioletas. Las sesiones pueden suministrarse en un consultorio médico (o en un centro especializado) o realizarse a domicilio. Para que sean eficaces, su duración debe prolongarse durante todo el otoño y el invierno.

Deben tomarse medidas antes de que comience el invierno para estar bien preparados

No hay que esperar a que aparezcan los primeros síntomas para reaccionar y actuar. La depresión estacional se gestiona y se trata con mayor facilidad si se empieza a controlar desde un principio. Fototerapia, plantas, terapias conductuales así como moléculas naturales (como por ejemplo, la SAM-e) pueden proponerse en calidad de medidas preventivas. El punto aquí consiste en evitar la aparición de síntomas en las personas que hayan sufrido ya de episodios de depresión estacional. Se sabe que las personas sensibles a la «tristeza del invierno» sufren generalmente de recaídas anuales. Las personas que trabajan de noche son más susceptibles a la depresión invernal (su reloj biológico está desfasado por los cambios de horario), así como aquellos trabajadores que no tienen acceso a la luz solar durante su jornada laboral (aquellos que trabajan en sótanos, por ejemplo).

Los casos en mujeres son más frecuentes que en los hombres

La depresión estacional afecta en mayor medida a las mujeres. El sexo femenino presenta de 3 a 4 veces más casos que los varones de sufrir este padecimiento. ¿Por qué? No se conocen a ciencia cierta los motivos de esta mayor sensibilidad. Algunos expertos han formulado la hipótesis de que las mujeres son más conscientes de su organismo y sus estados emocionales, aunque las diferencias hormonales podrían en todo caso, ser señaladas como otra causa.

Algunas plantas resultan muy eficaces para luchar frente a la depresión estacional

El hipérico es sin duda LA planta recomendada en caso de depresión leve y pasajera. ¿Por qué? Porque contiene hipericina, un compuesto de reconocidas virtudes, y forma parte de la lista de plantas medicinales elaborada por la Agencia francesa de seguridad de medicamentos y productos sanitarios (ANSM), además de que su eficacia contra los estados de depresión leve ya ha sido demostrada científicamente. Su consumo permite limitar el consumo de antidepresivos (que se recetan de forma común en los casos de depresión estacional) y que por lo general ocasionan efectos secundarios. El hipérico puede ser utilizado de diversas formas: como infusión, en cápsulas, comprimidos, etc. Otra planta que resulta muy útil en casos de depresión estacional, es la Griffonia simplicifolia. Originaria de África del Oeste y de África central, esta planta trepadora contiene un aminoácido, el 5-htp (o también llamado L5-HTP), que es capaz de transformarse en serotonina. Esta hormona, que también se conoce como hormona del bienestar, resulta muy útil para el tratamiento de los casos de depresión invernal porque es la responsable de regular los ciclos circadianos, mejora la calidad del sueño y eleva el estado de ánimo.

El cansancio y un bajo estado de ánimo son los principales síntomas de la depresión estacional

A pesar de que durmamos más y que disminuyamos el nivel de actividad, es la fatiga el primer síntoma que da la alerta, junto con un estado de ánimo bajo. No obstante, los síntomas pueden ser de lo más variado. Muchas personas con depresión estacional deben hacer frente a una bajada de su libido, al aumento de peso como consecuencia de crisis b>bulímicas, al aislamiento social, a la dificultad para concentrarse y de forma global, a una pérdida de interés por las actividades cotidianas o de ocio. Se establece un comportamiento que afecta tanto la vida familiar como la vida social o profesional.

La SAM-e es una molécula natural que juega un papel en la depresión estacional

¿Conoce usted la SAM-e ? Tras este extraño nombre se encuentra una molécula natural que juega un papel predominante en la depresión estacional. La SAM-e (las siglas de S-adenosil-L-metionina) es un compuesto producido por el cuerpo que interviene en la fabricación de numerosas sustancias celulares : hormonas, proteínas, neurotransmisores, etc. Además determinados estudios han permitido demostrar una relación entre la SAM-e y bajadas del estado de ánimo. Las personas que muestran una deficiencia en la síntesis de SAM-e serán más susceptibles a estar cansadas y se sabe que las personas que sufren de depresión pasajera tienen niveles de SAM-e bajos. De forma paralela, otros estudios muestran una notable mejoría cuando se administran suplementos de SAM-e.

La psicoterapia es igual de eficaz que la fototerapia

Las terapias cognitivas y conductuales (TCC) podrían resultar igual de eficaces (o más eficaces, si hablamos de prevención de recaídas) que la fototerapia. Es lo que revela un estudio publicado en la revista científica American Journal of Psychology. En el correspondiente estudio, la mitad de los pacientes siguió una terapia cognitivo-conductual , mientras que la otra mitad se sometió a fototerapia. Los dos tratamientos mostraron el mismo nivel de eficacia para tratar los síntomas de la depresión estacional. Pero por otro lado, la TCC parece más efectiva a largo plazo, dado que en los pacientes que siguieron este tipo de tratamiento, los síntomas disminuyeron un 46% al siguiente año (contra un 27% de disminución para el grupo que siguió la fototerapia). La TCC busca transformar los pensamientos negativos provocados por la depresión estacional en pensamientos positivos.

En caso de depresión estacional, hace falta hacer ejercicio y vigilar lo que se come

Aunque no se tenga la disposición para ello, debe realizarse una actividad física de forma regular ya que conlleva sus ventajas. Además, si el ejercicio se realiza al aire libre (y durante el día, obviamente), usted contribuirá activamente a «acumular» horas de luz que tanta falta nos hace en invierno. El practicar un deporte activa la secreción de endorfinas, las hormonas del placer, y permite regular el sueño. La alimentación desempeña también una función importante para combatir y prevenir la depresión estacional. Se sabe que algunos nutrientes específicos se encuentran directamente implicados en el estado de ánimo y su carencia puede agravar los síntomas. Tal es el caso del magnesio, de la vitamina D, del zinc e incluso del hierro y los ácidos omega-3 (que son los responsables de regular la secreción de serotonina y por lo tanto, del buen funcionamiento del «reloj interno»). Una alimentación variada y equilibrada debe aportar todos estos nutrientes en las dosis apropiadas. En caso de carencias, puede considerarse la toma de los suplementos correspondientes.

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