Principio científico de la desintoxicación
Es el destino de todos los éxitos: al cabo de algún tiempo, el concepto popular de la “desintoxicación” es denigrado periódicamente en ciertos ámbitos científicos. Si es cierto que el concepto puede haberse convertido en instrumento de marketing (curas monodietas y “juicing” –hacer zumos- por ejemplo), no deja de ser menos cierto que la desintoxicación es una tarea celular reconocida como vital para el organismo. Al igual que los demás sistemas de defensa del cuerpo humano , ésta puede ser optimizada. Una gran variedad de micronutrientes y de macronutrientes son necesarios para asegurar la transformación y la eliminación de las toxinas de origen exógeno y endógeno.
Las proteínas, los fitonutrientes, los antioxidantes (carotenos, licopeno, luteína, tocoferol, polifenoles, cúrcuma...) y los minerales (selenio, cobre, zinc, manganeso) son indispensables para las dos fases de la desintoxicación claramente identificadas. Es fácil comprender que una carencia de estos elementos esenciales pueda frenar el proceso sensiblemente. Ahora bien, estas elecciones nutricionales deben ir acompañadas de una estrategia de evitación de alimentos que puedan contener toxinas. Por ejemplo se piensa en productos que contienen residuos petroquímicos provenientes de ciertas prácticas agrícolas o hidrocarburos aromáticos policíclicos provenientes de las carnes asadas.