Leguminosa de la familia Fabaceae, el astrágalo es en realidad una familia de plantas que cuenta con más de 2 000 variedades (1).
Es sobre todo la variedad originaria de los lindes de los bosques chinos la que se utiliza. En efecto, el astrágalo es apreciado desde hace milenios en la medicina tradicional china, con diversos fines.
Generalmente se espera a que las plantas de Astragalus membranaceus lleguen a los 4 o 5 años antes de recolectarlas para un uso medicinal. Las plantas son arrancadas para explotar sus raíces, que contienen grandes cantidades de ingredientes activos. Las raíces son enseguida cortadas en rodajas y luego secadas (2).
Tradicionalmente, estas rodajas de raíces secas son las que se utilizan en ayurveda para preparar infusiones. Estas raíces secas pueden también ser reducidas a polvo para condimentar platos o zumos o, por supuesto, estar envasadas en cápsulas.
Más recientemente, los fabricantes del sector han conseguido desarrollar un procedimiento que permite extraer los astragalósidos de la raíz, para preparar concentrados.
El astrágalo contribuye a las defensas del organismo contra los agentes exteriores, beneficio que parece estar relacionado con su alto contenido en polisacáridos (3). Entre 2012 y 2016, un amplio estudio ha sido financiado por la Unión Europea para analizar el impacto de estas fibras no digeribles en el sistema inmunitario. En efecto, los investigadores han descubierto que los polisacáridos pueden actuar sobre los genes relacionados con la inmunidad y sobre las células inmunitarias intestinales (4).
Esta es la razón por la que muchas personas consumen astrágalo en forma de complementos alimenticios para estimular su sistema inmunitario (por ejemplo, el complemento Astragalus extract, envasado en forma líquida y estandarizado a un 16 % de polisacáridos). Otras personas también lo toman para ayudar a su sistema de defensa a combatir los alérgenos (tomando una fórmula sinérgica como Aller Fight, que contiene astrágalo, pino marítimo, espirulina...)
El astrágalo es asimismo rico en flavonoides, unos potentes polifenoles. Se han realizado estudios in vitro que han demostrado la capacidad del astrágalo para inhibir en un 40% la peroxidación lipídica en el miocardio (5).
Además, su riqueza en polisacáridos le permite actuar sobre los receptores de la hormona pancréatica, lo que posiblemente contribuye a reducir el nivel de azúcar en sangre, el nivel de triglicéridos y el nivel de lipoproteínas (6).
Así que el astrágalo puede ayudar a proteger la función cardiaca y contribuye a mantener una tensión arterial normal.
El astrágalo tiene fuertes propiedades antioxidantes. Por tanto, la planta es reconocida por jugar un papel activo en el rejuvenecimiento de la piel y por ayudar a mantener su flexibilidad y su elasticidad (7).
Algunos estudios también analizan la capacidad de uno de los compuestos del astrágalo, el astragalósido IV, para actuar sobre la telomerasa, este fenómeno de reducción de los telómeros, responsable del envejecimiento de las células (8).
Por esta razón algunas personas que desean frenar los efectos de la edad realizan tratamientos con astragalósido IV (tomando el complemento Astragaloside IV 98%, estandarizado a un 98 % de astragalósido IV). Variante muy apreciada: el cicloastragenol, otra molécula del astrágalo cuya estructura es comparable a la del astragalósido IV (cf. El complemento Cycloastragenol).
Más generalmente, el astrágalo es un tónico que apoya el bienestar físico y mental. También se le califica de adaptóteno (dicho de otra manera, este posiblemente aumenta la resistencia al estrés). Por otra parte, el astrágalo es utilizado ante todo por sus características adaptógenas en la medicina ayurvédica, y esto desde hace dos milenios (9).
Para aumentar este efecto adaptógeno, usted puede tomar el astrágalo en sinergia con otros compuestos del género, como la schisandra, la Rhodiola rosea, el ginseng o la ashwagandha (Whitania somnífera) (esto es por ejemplo lo que le ofrece el complemento alimenticio Adaptix).
El astrágalo no tiene realmente contraindicaciones. En efecto, solo dosis muy elevadas (¡más de 28 gramos al día!) podrían tener un efecto paradójico inmunosupresor.
Asimismo, como el astrágalo, tomado en proporciones razonables, es inmunoestimulante, podría tener efectos indeseados en personas que padezcan enfermedades autoinmunes así como en los pacientes a los que les acaben de recibir un trasplante o un injerto.
A falta de datos suficientes, consumir el astrágalo también se desaconseja para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
Así pues, salvo por estos casos particulares, el consumo de complementos alimenticios a base de astrágalo no presenta peligro. No obstante, procure respetar la posología recomendada por el fabricante, relacionada con la dosificación particular de su producto.
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