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El Candida albicans, ¿amigo o enemigo?

¿Qué es este hongo? ¿Qué riesgos conlleva? ¿Cómo puede evitarse una infección? ¿Cómo deshacerse del Candida albicans? Hagamos balance para saberlo todo acerca del Candida albicans.

¿Qué es el Candida albicans?

El Candida albicans es un hongo de tipo levadura que forma parte del género Candida. De las 200 especies de este tipo de levadura, el Candida albicans es la variedad más conocida. Esta variedad, presente de forma natural en nuestro cuerpo, se encuentra especialmente en las mucosas digestivas y genitales. En algunos casos, menos comunes, el Candida albicans también puede estar presente en la piel. A este hongo se le denomina "comensal", es decir, no patógeno. Algunos estudios sugieren que incluso podría desempeñar un papel beneficioso para el organismo. Sin embargo, este hongo puede volverse en contra de nosotros y convertirse en patógeno. Al desarrollarse, puede causar una infección micótica. En este caso, se habla de candidiasis.

¿En qué casos se convierte en un peligro el Candida albicans?

Aunque puede resultar inofensivo, el Candida albicans puede llegar a ser peligroso si se desarrolla en el organismo. Algunas condiciones son especialmente propicias para este desarrollo infeccioso. Esto sucede, por ejemplo, cuando se producen cambios en el nivel del pH, de la tasa de concentraciones de hidratación o de concentración de nutrientes. Otro de los factores que causan una candidiasis, puede ser un cambio en la microbiota del organismo. Esta es conocida por reunir miles de microorganismos con fines muy diferentes. Muchos estudios han demostrado que un desequilibrio de esta microbiota puede causar trastornos o enfermedades.

¿Qué personas están en riesgo de padecer candidiasis?

El Candida albicans está presente en la mayoría de nosotros. Si las condiciones internas de tu organismo se vuelven favorables, el hongo puede desarrollarse y provocar una candidiasis. Aunque todo el mundo puede padecerla, hay determinadas personas con un riesgo más elevado de desarrollar una infección micótica por Candida albicans. Es el caso, en particular, de las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado, como los recién nacidos, los ancianos, los pacientes bajo tratamiento a base de antibióticos de amplio espectro o las personas inmunodeprimidas, es decir, los pacientes que reciben quimioterapia, los enfermos de SIDA y las personas que han tenido un trasplante de órgano.

¿Qué síntomas se observan en caso de infección por Candida albicans?

Placas blanquecinas en la boca, sarpullido y escozor en la epidermis, inflamación de los genitales... Estos son los diferentes síntomas que pueden presentarse durante una candidiasis. Esta infección micótica puede manifestarse tanto en la piel como en otras muchas partes del cuerpo como la boca, el esófago, el intestino o la vagina. Los síntomas pueden ser muy diferentes en función de las zonas infectadas por Candida albicans.

¿Cuáles son los diversos tipos de candidiasis?

Como habrás deducido, existen varios tipos de candidiasis. En la mayoría de los casos, esta infección micótica es muy localizada. Puede ser de origen cutáneo. En este caso, la infección se produce generalmente en de las zonas de sudoración tales como las axilas y en zonas despellejadas o quemadas. La candidiasis puede desarrollarse en algunas mucosas como la del esófago, el estómago, el colon, la cavidad bucal o la zona genital. La candidiasis vulvovaginal es un caso común de infección micótica. También es una de las infecciones ginecológicas más frecuentes. Esta candidiasis, que aparece principalmente durante el embarazo o después de la menopausia, se manifiesta en forma de prurito y considerables quemaduras vulvares.

¿Hay riesgo de que se produzcan complicaciones durante las infecciones por Candida albicans?

En la mayoría de los casos, las candidiasis superficiales son benignas, es decir, que no conllevan riesgos para la salud. Sin embargo, pueden llegar a ser graves cuando se infiltran en el torrente sanguíneo. Esto se denomina candidiasis generalizada o candidemia. En este caso, se infectan varias zonas del organismo. El paciente presenta una fiebre irregular relacionada con un deterioro del estado general. Estos síntomas son difíciles de diagnosticar, lo cual tiende a retrasar y complicar el tratamiento. Se ha detectado un aumento en los casos de candidiasis en los últimos años. Para explicar este aumento alarmante, se han planteado dos razones: una infección inicial y las infecciones nosocomiales que pueden ocurrir durante la estancia en un centro de salud.

¿Cómo puede prevenirse la infección por Candida albicans?

Aunque la prevención de la candidiasis requiere ante todo llevar una dieta saludable y una buena higiene corporal, existen otras soluciones que pueden resultar beneficiosas. Es el caso, por ejemplo, de los probióticos, microorganismos que sirven para limitar ciertas condiciones propicias para el desarrollo del Candida albicans. Los probióticos de la cepa Saccharomyces boulardii contribuyen a evitar desequilibrios en la microbiota del organismo.

¿Qué puede hacerse en caso de candidiasis?

Para combatir las infecciones causadas por Candida albicans, se han desarrollado tratamientos antimicóticos locales y orales. Estas soluciones emplean a menudo moléculas sintéticas; sin embargo, también existen principios activos naturales que son eficaces en caso de candidiasis. El ácido caprílico, disponible sin receta médica, tiene propiedades antimicóticas para eliminar los hongos. Este compuesto está presente de forma natural en la leche materna y en algunos aceites vegetales como el de coco. Existen otros suplementos dietéticos que también pueden ayudarte a deshacerte de una candidiasis. Por ejemplo, puedes confiar en las propiedades antiinfecciosa de amplio espectro del aceite de orégano.

¿Cómo pueden evitarse las recaídas?

Después de la primera candidiasis, las recaídas son bastante frecuentes. Por esta razón, a menudo es aconsejable prevenir el desarrollo del Candida albicans, como te hemos aconsejado anteriormente. También puedes ayudar a tu cuerpo a defenderse de una candidiasis gracias a la actividad inmunoestimulante de los principios activos de la seta de shiitake o la lactoferrina, una glicoproteína que presenta también actividad antimicrobiana.

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