Información nutricional: ¡guía de nuestras etiquetas!
La información nutricional (o declaración nutricional) detalla la cantidad de nutrientes contenida en un producto. Ésta la coloca el fabricante en el dorso del envase. Normalmente resumida en una tabla, raramente se presenta de forma lineal.
Desde diciembre de 2016, ésta se coloca obligatoriamente en los productos envasados comercializados en Francia. No obstante, ésta sigue ausente en los productos del mercado, así como en las carnicerías o panaderías artesanas.
En vigor en la Unión Europea y en Norteamérica (Estados Unidos, Canadá…), la declaración nutricional no existe de manera sistemática en todos los países.
Como mínimo, ésta estipula para cada 100 g o 100 ml de producto:
- su valor energético
(en kcal o kJ);
- el contenido de materia grasa o lípidos (en g);
- el contenido de ácidos grasos saturados (en g);
- el contenido de glúcidos (en g);
- el contenido de azúcares (en g);
- el contenido de proteínas (en g ;
- el contenido de sal (en g).
A veces figuran las cantidades de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, de polioles, de almidón y de fibras. También pueden mencionarse las vitaminas y los minerales presentes en proporción significativa.
Esta tabla pretende aportar una información clara y comprensible al consumidor sobre el contenido de su plato. ¡Pero todavía hace falta saberla descifrar correctamente!
Los macronutrientes, el trío energético
Los macronutrientes reúnen las únicas sustancias que satisfacen las necesidades calóricas del organismo: las proteínas, los glúcidos y los lípidos.
Las proteínas
Las proteínas, que aportan 4 kcal por gramo, forman esquemáticamente los ladrillos básicos de nuestras células. Así pues, éstas contribuyen al mantenimiento de masa muscular y de huesos normales (1-2). Usted las encontrará sobre todo en los productos de origen animal, en la soja y las leguminosas. Para reforzar sus aportes, usted también puede considerar tomar suplementos de proteínas (como el whey, procedente del suero de leche).
Los glúcidos
Los glúcidos se dividen tradicionalmente en 2 grupos:
- Los glúcidos simples (fructosa, galactosa, sacarosa…): asimilados muy rápidamente por el organismo. Deben limitarse.
- Les glúcidos complejos (almidón…): digeridos más lentamente, debe darse preferencia a éstos.
Todos proporcionan 4 kcal por gramo. Combustible del cerebro, éstos contribuyen al mantenimiento de una función cerebral normal (3). En la tabla nutricional, la línea “glúcidos” incluye los simples y los complejos. Para obtener únicamente el contenido de glúcidos simples, examine mejor la línea “azúcares”.
Los lípidos
Durante mucho tiempo satanizados con sus 9 kcal por gramo, sin embargo, los lípidos siguen siendo esenciales para nuestra integridad física. Éstos forman una reserva de energía en el tejido adiposo y estructuran nuestras membranas celulares (4). No obstante, ¡está fuera de cuestión pasarse con los croissants y la charcutería! Más vale consumir los ácidos grasos saturados con moderación (menos de 20 g al día) e incorporar al menú más ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados (5-6).
¿Qué hay de las fibras?
Las fibras ocupan un lugar aparte. Éstas forman parte de los glúcidos, y tienen la particularidad de ser no digeribles. El resultado es que no aportan ninguna caloría. ¡Pero no vaya a creer que son inútiles! Se encuentran en el intestino, e intervienen favorablemente en numerosos procesos biológicos (7). Si bien las frutas, verduras y cereales integrales contienen una buena cantidad de éstas, algunos suplementos de fibras aumentarán todavía más sus aportes (como Organic Acacia o Frutooligosacáridos).
Los micronutrientes, pequeños pero fuertes
Al contrario de los macronutrientes, los micronutrientes se toman en pequeñas cantidades. Desprovistos de valor energético, éstos estimulan numerosas reacciones bioquímicas indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
En esta categoría, se encuentran por supuesto las famosas vitaminas que se reparten ingeniosamente las funciones: A, B1, B2, B3, B5, B6, B8, B9, B12, C, D, E y K. Por ejemplo, la vitamina C (componente de Liposomal Vitamin C) contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario (8). La vitamina B1 o tiamina (que se encuentra en el complemento Benfotiamine en una forma altamente biodisponible) contribuye a un metabolismo energético normal, al buen funcionamiento del corazón y del sistema nervioso (9).
Hay que tener en cuenta también los minerales y oligoelementos: calcio, magnesio, potasio, hierro... (10-12) Entre estos, sólo debe ser indicado obligatoriamente el sodio (o su equivalente la sal, obtenida por una multiplicación por un factor 2,5).
Para aprovechar sus aportes minerales y vitamínicos, usted puede recurrir a complejos multivitamínicos (como la fórmula Daily 3, que contiene 12 vitaminas y 8 minerales combinados con múltiples fitonutrientes).
¿Qué son los aportes de referencia?
A veces, los fabricantes también indican los valores nutricionales por porción. Entonces éstos pueden expresar su contribución al estado nutricional diario mediante porcentajes. Éstos son definidos en relación a las cantidades diarias recomendadas (CDR o RDA), renombradas ingesta de referencia (IR) o valores de referencia de nutrientes (VRN). Estos valores están armonizados a nivel europeo.
Una pequeña ilustración: 30 g de queso emmental contienen aproximadamente 8,5 g de proteínas. Por tanto, de los 50 g de proteínas recomendados diariamente, nuestro trozo de queso cubre el 17 % de la IR.
¡Cuidado! La IR se refiere a un adulto cuyas necesidades energéticas se elevan a 2.000 kcal/día. Aunque estos valores facilitan la comprensión del consumidor, no reflejan las especificidad individual relacionada con el sexo, la edad o la actividad física.
Para identificar valores de referencia de nutrientes (VRN) más adaptados a su perfil, usted puede utilizar la herramienta interactiva del EFSA (disponible en múltiples idiomas).
El Nutri-Score: el semáforo tricolor instintivo
Todavía opcional, el Nutri-Score ofrece una representación visual del perfil nutricional de un producto procesado. Así pues, se atribuye una letra que va de la A a la E, además de un código de color que va del verde al rojo.
Presente actualmente en Francia, en Bélgica y en España, sigue ausente en Italia y en Estados Unidos.
Aplicaciones para descifrar los valores nutricionales
Algunas aplicaciones móviles también velan por nuestro carrito de la compra. Al escanear el código de barras de un producto o al introducir su nombre, se obtiene una nota global que evalúa su calidad nutricional. Es interesante que los malos alumnos a veces son objeto de propuestas de sugerencias de sustitución . Entre las aplicaciones más conocidas, citemos la aplicación Yuka lanzada en Francia en 2017 (disponible por ahora en francés, inglés y español).