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10 medidas para no ponerse enfermo este invierno

¡El resfriado, la gripe o la gastroenteritis no son una fatalidad! Se puede minimizar el riesgo siguiendo a la letra consejos sencillos y eficaces.

Mujer disfrutando del bosque en invierno

Las afecciones del invierno pueden envenenar nuestra estación y la de las personas cercanas a nosotros. La gripe, la rinofaringitis, la gastroenteritis, las anginas… Todas estas patologías, que son como mínimo muy molestas, pueden a veces agravarse y hacernos correr riesgos importantes. Le mostramos el panorama completo de las recomendaciones que hay que seguir para limitar los problemas de salud invernales.

Dejar a un lado el beso …

… y también dejar de darnos la mano. ¡Lo ideal es decir buenos días evitando un acercamiento físico! El contacto con la gente enferma es lo primero que hay que evitar ¡y más teniendo en cuenta que estas personas no son siempre conscientes de ser contagiosas! Por tanto, aún a riesgo de ofender, evite el beso.

Además, y para limitar todavía más el contagio, cuídese de mantener una higiene irreprochable. Lávese cuidadosamente las manos varias veces al día, ya que éstas están regularmente en contacto con superficies que pueden estar contaminadas, comenzando por los simples pomos de la puerta. Sin olvidar la barra del metro, las rampas de la escalera, los mostradores y las barras, los menús del restaurante, los cajeros automáticos o máquinas expendedoras… ¡en concreto, todos los equipamientos comunes! Además, también es esencial limpiar regularmente la nariz. La mucosa nasal es una de las primeras barreras para los agentes patógenos respiratorios. No dude en limpiar sus fosas nasales con un spray a tal efecto, por ejemplo, con agua de mar, cada día.

Beber litros de infusión de jengibre/limón/miel

Y si se siente un poco más aventurero(a), añada unos clavos, pimienta e incluso un poco de cúrcuma. Una mezcla de eficacia probada en la prevención de las pequeñas infecciones en la estación fría y que tiene la ventaja de estar deliciosa (si se pone poco clavo, que es amargo). Unos efectos antisépticos y suavizantes que se han utilizado desde hace siglos para evitar los resfriados. Raye varios centímetros de raíz de jengibre, exprima un limón y añada una cuchara sopera de miel para una infusión para todo el día.

Las infusiones a base de tomillo tienen también propiedades preventivas y depurativas. La equinácea por su parte actúa sobre el resfriado y los estados gripales (1).

Aprovisionarse de nutrientes que combaten el resfriado

Y eso se hace fundamentalmente con una alimentación equilibrada y variada . El invierno nos ofrece una rica gama de frutas y verduras. Especialmente ricas en vitamina C, que limita el riesgo de coger un resfriado y que limita su duración si usted ya lo ha cogido (2). Por tanto, concéntrese en todos los cítricos (naranja, limón, pomelo, clementina…), los kiwis, las coles (coliflor, brócoli, coles de Bruselas …) En general, una alimentación equilibrada debe aportar suficientes nutrientes para reforzar el sistema inmunitario. Se recomiendan especialmente los omega 3 en este sentido: por tanto, daremos preferencia a los pescados grasos (salmón, atún, sardina, caballa…).

Además, no hay que olvidarse de hidratarse: los caldos caseros, el té, las infusiones… pueden añadirse al agua para mantener un buen funcionamiento del organismo.

Cuidar el sueño

¡Dormir lo suficiente, y con un sueño de calidad, es uno de los elementos primordiales para limitar el riesgo de resfriado! Además de los efectos positivos ya conocidos del sueño reparador sobre las defensas inmunitarias, unos investigadores han mostrado un efecto específico sobre la rinofaringitis (3). ¡Dormir menos de 5 horas por la noche, multiplica por 4 el riesgo de coger un resfriado!

Usted tiene dónde elegir para mejorar su sueño: relajación, meditación, infusiones (verbena, tila, manzanilla…), melatonina… Identifique lo que más le conviene y protéjase de los malos resfriados del invierno cayendo más fácilmente en los brazos de Morfeo.

Poner la calefacción a una temperatura razonable

Es tentador subir la calefacción cuando las temperaturas bajan en el exterior. Sin embargo, un calor excesivo en una habitación aumenta el riesgo de proliferación de microbios. Por otra parte, el cuerpo se enfría naturalmente por la noche para favorecer los mecanismos reparadores del organismo. Una temperatura excesiva disminuye esta actividad y además seca las mucosas, favoreciendo el terreno para las bacterias y otros virus.

Por consiguiente, asegúrese de que la temperatura de su casa no sobrepase los 19 grados. También puede utilizar humidificadores de aire si el ambiente es demasiado seco.

Vacunarse contra la gripe

Antes del invierno, se recomienda vacunarse contra la gripe. Ésta le protege a usted y a sus allegados, entre los que se encuentran las personas más frágiles. En efecto, si la gripe es la mayoría de las veces muy dolorosa e incómoda, ésta puede además tener complicaciones graves.

La vacuna contra la gripe se modifica cada año, ya que debe adaptarse a las cepas del virus Influenza que mutan al mismo ritmo. No es peligrosa, y protege contra las principales cepas identificadas para la estación. Las personas más en riesgo son las personas mayores de 65 años, las mujeres embarazadas, las personas obesas o las que tienen una enfermedad crónica... No dude en informarse por su médico o su farmacéutico.

Optar por los complementos alimenticios del invierno

Hay unos complementos alimenticios que pueden reforzar sus defensas inmunitarias y limitar el riesgo de las pequeñas enfermedades tristemente habituales en esta estación. El andrografis (Andrographis paniculata) es una planta reconocida por sus efectos beneficiosos sobre las pequeñas infecciones respiratorias (4).Los probióticos le permitirán reforzar su microbiota intestinal, este ecosistema de miles de bacterias beneficiosas para el organismo. Este ecosistema, cuando funciona bien, es un formidable promotor del sistema inmunitario: una cura de probióticos ejercerá una protección real contra las bacterias patógenas.

Finalmente, una cura de zinc reduce de manera significativa la duración del resfriado. Tiene incluso una acción preventiva: unos estudios han mostrado que, al tomar zinc, se limita el riesgo de coger un resfriado (5). Para optimizar sus efectos, elija la forma que garantiza la máxima biodisponibilidad:L-OptiZinc.

Confiar en las abejas

Si bien ya se conoce el papel polinizador esencial de las abejas, ahora nos concentramos en su producción y sus beneficios para la salud en invierno. Además de su dulzura para la garganta, la miel tiene una potente acción antiséptica , y puede ser consumida regularmente cuando empiecen los primeros fríos. Si a usted no le gustan las mieles demasiado fuertes (abeto, castaño...), escoja las mieles de acacia o de lavanda, más dulces, o directamente las mieles de primavera con su untuosa textura. Dé preferencia también a las mieles extraídas al frío, que conservan sus cualidades intactas.

La jalea real , o “leche de las abejas”, está en primer lugar destinada a la alimentación de las larvas de las abejas, así como de la reina de la colmena. Es una sustancia muy rica desde el punto de vista nutritivo, que refuerza el sistema inmunitario y por consiguiente las defensas del organismo ante los patógenos del invierno. Se recomienda una cura deOrganic Royal Jelly (Jalea Real Ecológica) justo antes del invierno.

Finalmente, el propóleo es un producto de las abejas procedente inicialmente de la savia de los árboles. Éste muestra efectos antisépticos e inmunoestimulantes especialmente interesantes para combatir el resfriado, la gripe, la bronquitis…(6) ¡También se aconseja una cura al comienzo del periodo de frío! Para maximizar sus beneficios, elija las mejores variedades: el propóleo verde de Brasil , normalizado en artepilina C, o el propóleo rojo , el más raro y más salvaje.

Perseguir los nidos de microbios en casa

La casa es uno de los principales vectores de gérmenes del invierno … El sentido común nos indica que no hay que compartir el cepillo de dientes, los cubiertos o el vaso, por ejemplo. Lo que no se sabe tanto, por ejemplo, es que el teléfono (fijo o portátil), los mandos a distancia y los interruptores son entre otras cosas formidables depósitos de microbios. Es importante desinfectarlos de vez en cuando. Al igual que los juguetes de peluche, los trapos, las bufandas e incluso las mantas: hay que lavarlas regularmente.

Finalmente, se aconseja encarecidamente ventilar la casa cada día , como mínimo diez minutos, para limitar una proliferación adicional de agentes patógenos que podrían encontrarse allí.

Hacer deporte

La actividad física practicada con regularidad refuerza las defensas naturales y disminuye muy claramente el riesgo de coger un resfriado . Por otra parte, si lo coge, sus síntomas son menos severos (7). Atención, el deporte demasiado intensivo puede tener el efecto inverso y hacerle más vulnerable ante los virus. Por tanto, se recomienda una actividad moderada ¡especialmente porque ésta tiene muchos otros beneficios: una mejora del sueño, menos estrés y en general una buena forma física!

Conclusión

Al seguir estas recomendaciones, usted maximiza sus posibilidades de limitar el riesgo de coger un resfriado o una de las otras afecciones clásicas del invierno. ¡Una razón para pasar una estación tranquila!

Referencias

  1. Hudson, James. (2010). The multiple actions of the phytomedicine Echinacea in the treatment of colds and flu. Journal of Medicinal Plants Research December Special Review. 425. 2746-2752.
  2. Anderson TW, Beaton GH, Corey P, Spero L. Winter illness and vitamin C: the effect of relatively low doses. Can Med Assoc J. 1975;112(7):823–826.
  3. Aric A. Prather, Denise Janicki-Deverts, Martica H. Hall, Sheldon Cohen, Behaviorally Assessed Sleep and Susceptibility to the Common Cold, Sleep, Volume 38, Issue 9, September 2015, Pages 1353–1359. 
  4. J. Melchior, S. Palm, G. Wikman, Controlled clinical study of standardized Andrographis paniculata extract in common cold — a pilot trial, Phytomedicine, Volume 3, Issue 4, 1997, Pages 315-318. 
  5. Singh M, Das RR. Zinc for the common cold. Cochrane Database Syst Rev. 2011, Feb 16;(2).
  6. J.M. Sforcin, Propolis and the immune system: a review, Journal of Ethnopharmacology, Volume 113, Issue 1, 2007, Pages 1-14.
  7. Nieman DC, Henson DA, Austin MD, Sha W. Upper respiratory tract infection is reduced in physically fit and active adults. Br J Sports Med. 2011, Sep;45(12):987-92.

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