Infección vírica de la familia del herpes, la mononucleosis infecciosa está provocada por el virus de Epstein-Barr (EBV) (1). Al estar este virus extremadamente extendido, es frecuente que el organismo se vea expuesto al mismo desde la más tierna infancia, sin causar ningún síntoma: no obstante, el organismo desarrolla anticuerpos y el cuerpo queda protegido.
Sin embargo, en ausencia de contaminación precoz, el organismo no está inmunizado. A partir de entonces, la exposición tardía al virus provoca mononucleosis infecciosa, que se traduce esencialmente enfiebre alta, fatiga intensa, pérdida de apetito, posibles dolores musculares y de cabeza. A veces, la mononucleosis infecciosa también provoca anginas especialmente dolorosas (2).
Transmitida por la saliva y las proyecciones de tos, la mononucleosis infecciosa es a menudo conocida como “enfermedad del beso” (3).
Dado que los síndromes postinfecciosos son conocidos y frecuentes en muchas enfermedades, incluida la mononucleosis (4-5), desde la pandemia de COVID-19, muchos investigadores están analizando las interacciones entre estas diferentes infecciones y el COVID, en casos de COVID de larga duración.
En junio de 2021, por ejemplo, se publicó un estudio en la revista Pathogens (6), en el que los investigadores planteaban una hipótesis inesperada sobre el COVID de larga duración. Según estos médicos, la respuesta inflamatoria a la infección por el virus COVID-19 provocaría una reactivación del virus de Epstein-Barr, presente en el 90% de los adultos.
Esta reactivación explicaría los síntomas que presentan 1 de cada 3 pacientes tras recuperarse de COVID: , etc.
A raíz de este hallazgo, estos médicos abogan por explorar rutinariamente a los pacientes con COVID para detectar la reactivación del VEB con el fin de tratar los síntomas de la mononucleosis lo antes posible, y reducir así el impacto sobre el estado general de los COVID de larga duración.
Sin embargo, dado que la mononucleosis infecciosa es una afección vírica, no existe un tratamiento eficaz contra la enfermedad (en general, no se recomiendan los pocos antivirales existentes) (7).
En cambio, a menudo se prescriben el paracetamol o los antiinflamatorios para combatir los síntomas, especialmente la fiebre y los dolores de cabeza. Además, generalmente se recomienda descansar e hidratarse adecuadamente.
En todo caso, si usted cree haber contraído una mononucleosis infecciosa, consulte a su médico para realizar un análisis de sangre que por sí solo puede confirmar el diagnóstico.
Aunque no hay un tratamiento milagro contra la mononucleosis infecciosa, sí que hay, en cambio, muchos tratamientos naturales que permiten aliviar algunos síntomas y también reforzar su inmunidad.
Por ejemplo, para combatir la fatiga intensa que experimentan los afectados por la mononucleosis, la indispensable vitamina C parece ser una baza maestra, sobre todo en invierno. Metabolismo energético, sistema inmunitario, funciones psicológicas, reducción de la fatiga, etc.: la vitamina C es la aliada absoluta para reforzar su organismo. A menudo la aconsejan los médicos para ayudar a sus pacientes arecuperarse.
Del mismo modo, la vitamina D contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario y es por tanto un complemento alimenticio casi indispensable, especialmente en invierno (8).
El magnesio, que contribuye a reducir la fatiga e interviene en el buen funcionamiento del sistema nervioso y de las funciones psicológicas, , también resulta ser un valioso complemento alimenticio en caso de fatiga abrumadora. Recordemos que la carencia de magnesio es una de las más extendidas entre la población.
Por último, la medicina ayurvédica también nos ofrece una planta adaptógena muy útil: el ginseng. Al contribuir a reducir la fatiga, mantener la vitalidad, apoyar el sistema inmunitario así como el rendimiento y la reactividad cerebral, la raíz de esta planta medicinal aborda múltiples síntomas (9).
El sistema inmunitario es el valioso arsenal defensivo que garantiza su supervivencia. Descubra cómo reforzarlo y apoyarlo a diario.
Todo el mundo ha oído hablar ya del ginseng, el ingrediente n°1 de la farmacopea asiática. ¿Cómo se pronuncia esta palabra, cuáles son las múltiples virtudes relacionadas con esta planta y a qué se deben éstas?
Este invierno nos enfrentamos a una triple epidemia especialmente virulenta de virus respiratorios. ¿Cómo reconocer estas enfermedades diferentes y cómo curarlas y prevenirlas?
A menudo se aconseja tomar un baño de sol de 20 a 30 minutos al día para abastecerse de vitamina D, pero ¿se puede sintetizar la vitamina D… detrás de una ventana?
Picor, ardor, escozor: cuando se produce, el dolor de garganta no nos da tregua. He aquí 10 trucos y sustancias que se pueden probar para combatirlo definitivamente.
Sin que lo sepa, algunos alimentos que consume debilitan su sistema inmunitario. He aquí la lista de estos 6 alimentos perjudiciales – así como una lista de alimentos que por el contrario refuerzan su sistema inmunitario.